jueves, diciembre 06, 2007

...Pre fec ta, pre fec ta...



Dicen que existe un nuevo estilo de vida llamado adulescentes que se refiere a las personas que se resisten a entrar a la vida adulta, yo vivo diariamente este fenómeno en el trabajo y me incluyo totlamente pero no me había dado cuenta sino hasta el domingo que fue la fiesta de fin de año de la agencia en Acapulco (claro todo patrocinado por el patrón), nos fuimos en camión a las 10:00am no habíamos llegado a la caseta y ya todos estábamos borrachísimos, gritando toda clase de babosadas, chistes, saltos, bueno, el camión quedó hecho un asco!!

Llegando a Acapulco no había ni un alma en sus 5 sentidos, cómo llegamos a la habitción? Qué comimos? Quién sabe, lo único que nos importaba es que había barra libre hasta el martes. Las fiestas en la noche en la playa fueron lo mejor! Vino, vodka, tequila, ron, wiskey, la fogata, olor a churro, la luna, las estrellas, el mar y buena compañía.

Pasaron miles de cosas, me divertí tanto, fue como si regresara 3 días a la universidad pero con distintos amigos, y en curso intensivo.

El miércoles todos llegamos tarde a trabajar, llenos de piquetes de moscos, con grandes ojeras, dolor de pantorrillas pero muy divertidos.

Por eso corrigo, los publicistas somos una nueva especie que sí quiere crecer pero lo hace sin olvidar el niño que llevamos dentro.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Querido duende de la Navidad, representante de Santa Claus akí en la tierra, kisiera pedirte k de regalo m traigas las malditas fotos del Halloween k cierto animal con pelo lacio no tiene tiempo de escoger correctamente y manda lo que se le antoja. Espero m cumplas mi deseo porque he sido una buena productora paciente y complaciente con la clickmaniática ex ejecutivucha d Gigante.

el Electrovakero! dijo...

Wooooow!!, Si, ps mi fiesta de fin de año fue el viernes pasado, y creo que los adolescentes se quedan cortos, y hasta el más alcohólico de la guerrero le hubiera dado envídia con qué gracia nos empinamos las botella. Acá no fue en Acapulco, pero comenzó en una hacienda mexiquense para acabar en un depa gaucho de Polanco. Es extraño, de un momento a otro las de cuentas, se volvieron creativas.