
Con un pequeño pretexto, uno simple, sencillito, el colchón no me deja parar, la colcha me acaricia el cuerpo y el calor de la almohada se niega hacerme a un lado. Mi falta de decisión me impide levantar y es que disfruto tanto quedarme ahí, escuchando el silencio, sintiendo que no existe el tiempo, sabiendo que ahí todo está bien, lo único que puedo hacer es soñar y aunque sé que en algún momento me tengo que ir, se dibuja en mi rostro una enorme y adictiva sonrisa al saber que más tarde voy a regresar.
Que lindo es sentirse querido, al menos por un colchón, aunque no sea el mío...
4 comentarios:
Quéeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeee!!!! ¿Cómo que no es tu colchón? ¡Habla ahora! Confiesa
Ü
Es que de que, más que nada, que bonito está el clima no??
BLA BLA BLA, cuéntameeeeeeeeeeeeeeeee
manola tienes memoria de teflón o estabas drogada en casa de Chabe, mañana en el desayuno te recuerdo
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