jueves, septiembre 11, 2008

...miedo...


Voy llegando a la oficina, si a las 4:45am voy llegando a la oficina, salí de mi casa y aún seguía obscuro, nada se escuchaba, ni los grillos, me dió un poco de miedo escuchar caer las hojas del árbol que está justo a un lado de mi coche.

En el coche el miedo fue creciendo a impaciencia por llegar a la agencia, también todo vacío, sólo se veían a lo lejos las sirenas de las patrullas (que disque cuidan la ciudad), pero en realidad me daba más miedo enconrarme con una y que me vieran sólita a esas horas.

En el Peri no había tráfico, un BMW pasó al lado de mi con mucha prisa (seguramente el que iba manejando tenía más pánico que yo de estar en la calle a esas horas). Luego un coche viejo se fue detrás de mi y mi paranoia me obligó a acelerar (lo único que veo en las noticias es sobre secuestros y me tiene apanicada, aunque a mi no tienen nada que quitarme más que mi tranquilidad).

Perdí al coche viejo para encnotrarme con uno que realmente me haría pasar el susto de mi vida, era un Stratus con 4 hombres, iba parejito a mi pero en el carril derecho. Vi perfectamente que el piloto tenía una gorra camuflajeada como de soldado, y de repente... el Stratus dió un volantazo hacia mi carril, en ese momento
juré que me había cargado el payaso, me asusté demasiado, además yo venía muy rápido, lo primero que pensé fue que me querían bajar del coche, mi corazón latió en 1 segundo lo mismo que había latido en 27 años, mis piernas temblaban y perdí un poco el control en los pedales, mis mandos apenas podían mantenerse en el volante, pero mi voluntad no tenía ganas de hacerse chiquita, así que con determinación hice una maniobra y me pasé a la lateral en chinga y casí con un infarto.

Luego vi que el Stratus puso sus intermitentes en Perfiérico y se paró, justo cuando yo iba a subir por la glorieta que estaba a un lado, uno de los señores del Status salió corriendo hacia donde yo iba y mi pánico creció aún más, aceleré como loca hasta llegar a la oficina.

Nó creo que esto haya sido un intento de secuestro, ni nada parecido, supongo que en algún momento nuestras historias se encontraron y la casualidad hizo que se malinterpretaran las cosas, sólo sé que esto de la inseguridad me tiene más nerviosa de lo que pude haber pensado.